sábado, 30 de marzo de 2013

                   
                                                       LA TACONA


La Tacona” es una leyenda esmeraldeña; según el autor del “Diccionario de Esmeraldeñismos”, Edgar Allan García R., la Tacona es: un “personaje fantasmal femenino que seduce y mata del susto a los (hombres) incautos en las noches, cuando éstos descubren que la hermosa mujer es en realidad…” un alma en pena que busca venganza ya que fue violada y asesinada. De esta manera, la Tacona es una mujer rubia que aparece en las noches en Esmeraldas y seduce a los hombres, cuando se encuentran a solas, les enseña su verdadera identidad, que consiste en un esqueleto terrorífico y ellos pierden la cordura o mueren.
A continuación, les presento mi adaptación de la leyenda.
En Esmeraldas, en un terreno baldío, se encuentra una joven de cabello rubio con un sujeto, es imposible ver la cara del hombre por la oscuridad de la noche. Ella está arrinconada y el hombre la está tomando de los brazos violentamente, la pone de frente contra el suelo y la viola. Por el rostro de la muchacha caen lágrimas.
La muchacha rubia está en el baño de su casa, se mira al espejo, su vestido blanco está completamente manchado de tierra y continúa con su llanto. Entra a la ducha y cuando sale se está arreglando y poniendo maquillaje, utiliza un delineador fuerte que resalta sus ojos verdes y se pone un labial rojo. En voz alta, se dice a sí misma, mirándose en el espejo, que no dejará que ningún hombre la lastime otra vez.
La muchacha entra en una covacha, los hombres del lugar miran su bello rostro maquillado y su rubio y largo cabello ondulado, su esbelta figura que resalta en un pequeño vestido rojo, sus largas piernas y sus pies que destacan con unas sandalias negras con tacos muy altos. La saludan algunos chicos por el sobrenombre de “Tacona”. Ella los saluda y toma algunos tragos mientras bailan en grupo. A la distancia le atrae un muchacho, lo mira de reojo y observa que el chico saluda, baila y besa a algunas chicas a lo largo de la noche y que está borracho.
La siguiente noche, la Tacona regresa al mismo lugar y mira al muchacho nuevamente besando a distintas chicas a lo largo de la noche. Después de unos tragos, se acerca y lo invita a bailar. Él, algo nervioso, la invita a un trago. Ella acepta y bailan el resto de la noche. Él le propone ir a la playa para estar a solas y ella asiente con la cabeza.
Los chicos están caminando por la playa, La Tacona lleva en una mano sus tacos y con la otra sostiene la mano de él que intenta mantener el equilibrio mientras caminan. Han caminado bastante y ya no se ve la covacha. Paran en un sitio y se besan. Él intenta sobrepasarse y ella se enoja; sin embargo, se siguen besando. El muchacho está con los ojos cerrados, los abre y con terror mira que la muchacha que está besando es un cadáver putrefacto, la empuja y corre por la playa gritando.
Ella se desmorona en la arena y llora desesperadamente. Se levanta, continúa con un llanto descontrolado, camina bastante hasta llegar a un cementerio, encuentra su tumba y se recuesta sobre ella.
Tiempo después, el joven, ya convertido en hombre con canas en su cabello, está en la tumba de la Tacona. Arrodilladlo, pone una rosa roja sobre la tumba, en su mano se ve un anillo de matrimonio. Caen lágrimas por sus ojos y le dice que aquella noche su vida cambio, que después del incidente recapacitó sobre el rumbo de su vida y que gracias a ella dejó de tomar y utilizar a las mujeres.
Siente una palmada en el hombro que interrumpe lo que estaba haciendo y una voz femenina le susurra: “eso era lo que quería oír.” Él regresa a ver y observa la espalda de una mujer rubia con un pequeño vestido rojo que se aleja del lugar.


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